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martes, 6 de mayo de 2014

YO DEFENDÍ A MICHAEL JORDAN: EL DESAFÍO DE ENFRENTARSE AL MEJOR DE TODOS LOS TIEMPOS

De Michael Jordan se puede encontrar todo tipo de material relacionado con su exitosa carrera, desde posters con sus habituales mates sacando la lengua a extensísimos reportajes sobre su  vida, pasando por innumerables top de sus mejores jugadas. Top 50 de canastas, Top 20 de mates, Top 10 de canastas ganadoras y hasta un Top 10 con sus errores más sonados. En todas esas grandes jugadas, detrás de cada The Shot, The Move o The Last Shot había un jugador  del equipo contrario con una de las misiones más complicadas que se podían desempeñar sobre una cancha de baloncesto entre mediados de los ochenta y la década de los noventa, defender a Michael Jordan.




Aparecen en infinidad de fotografías de momentos históricos de la NBA. Son coprotagonistas de algunos de los videos más reproducidos del deporte y testigos de excepción de cómo ejercía su dominio uno de los mejores atletas de todos los tiempos. Intentaron evitar con denuedo que esas jugadas pasaran a la historia teniendo nombre propio echando mano de todos los fundamentos defensivos de los que dispone el baloncesto y en ocasiones hasta de los pugilísticos, pero una y otra vez acababan inevitablemente saliendo en la foto con el gesto desencajado, mezcla del esfuerzo baldío y la frustración. Como zarandeados por el insuperable talento que tenían en frente.
Hombres valientes que, por su posición en la cancha o por su capacidad defensiva, tenían que ocuparse de la defensa de un jugador simple y llanamente  indefendible. Tipos duros acostumbrados a batirse el cobre con los mejores jugadores del equipo rival cada noche,  y que sin embargo,  tragaban saliva, besaban su amuleto y se encomendaban a lo divino cada vez que se enfrentaban a los Bulls.
Fueron muchos los jugadores que tuvieron que mirar de frente y desde la arena a ese toro de lidia que era el 23 de los Bulls cuando estaba en pista, pero hay cuatro, que por el protagonismo que tuvieron en algunas de sus jugadas y logros más destacados, merecen una mención especial.
Dennis Johnson, presentación en sociedad ante todo un especialista
 
El 20 de abril de 1986 un jovencísimo Michael Jordan escribió una de las primeras páginas de la interminable lista de actuaciones memorables que consiguió a lo largo de su carrera. En un escenario mítico como el Boston Garden, Jordan anotó 63 puntos frente a los Celtics en el segundo partido de la primera ronda de los Playoffs, estableciendo el récord de anotación en un partido de postemporada, que aún hoy sigue vigente.
Dennis Johnson fue el encargado de defender a Jordan en aquel partido, aunque a ratos lo intentó también Ainge y hasta el propio Larry Bird, que creyó ver en él a “Dios vestido de jugador de baloncesto”  En principio el emparejamiento con Johnson era el más lógico, ya que se trataba de uno de los mejores defensores exteriores de la competición.

Por JF9. Puedes leer el artículo completo en: http://www.vavel.com/es/baloncesto/nba/337048-yo-defendi-a-michael-jordan-el-desafio-de-enfrentarse-al-mejor-de-todos-los-tiempos.html


martes, 11 de marzo de 2014

“YO JUGUÉ EN LA NBA”, PIONEROS LLEGADOS DE LOS MAS REMOTOS LUGARES DEL PLANETA

Probablemente para un jugador como LeBron James, que pareciera haber sido concebido para dominar el deporte de la canasta a nivel planetario,  el hecho de jugar en la NBA no suponga un hito personal excesivamente elevado. No imagino a quien se auto corona “Rey”, en la soledad de su inmensa mansión de South Beach, tumbado en la cama, mirando al techo diciendo: “tío, que pasada! Estoy jugando en la NBA!!” para acto seguido exhalar un profundo suspiro de satisfacción y caer en los brazos de Morfeo con una media sonrisa dibujada en su rostro. Sus metas están en dominar el baloncesto. Su motivación reside en ser uno de los mejores jugadores que hayan jugado jamás a este deporte, jugar en la NBA es algo que se daba por hecho prácticamente desde su preadolescencia. Pero para un niño nacido en una pequeña ciudad Israelí de poco más de 30.000 habitantes ó en un pueblo de una exótica isla caribeña, llegar algún día a vestir la misma camiseta que llevaban las estrellas de los posters que empapelaban su habitación, es poco más que un sueño inalcanzable. Sin embargo algunos de esos niños hicieron de su deseo algo más que un simple anhelo de niñez, y lo consiguieron, formaron parte de un equipo NBA.


 Estos son los jugadores que, venidos de los más remotos rincones del planeta, consiguieron ser no solo pioneros, si no también únicos. Son los únicos jugadores de sus respectivos países que han conseguido jugar en la NBA. Poco importa el rendimiento. En muchos casos sus presencias fueron meramente testimoniales ocupando un lugar en lo más profundo del banquillo de alguna franquicia perdedora. Algunos llegaron a tener un rol de cierta importancia y otros solo estuvieron por allí y celebraron su única canasta o sus dos únicos rebotes con la misma ilusión que LeBron celebra un anillo. Pero lo verdaderamente importante es que todos ellos cumplieron su sueño y un hito que nadie más ha conseguido hasta la fecha en los países en los que nacieron, pertenecer a la mejor liga de baloncesto del mundo. Y algún día podrán contarle a sus nietos: “Yo jugué en la NBA”.


Ha Seung-Jin (Seúl, Corea del sur )


Tras un año en la Universidad Yonsei, una de las más prestigiosas de Corea del sur, en el que consiguió ganar el título nacional, en 2003 Ha Seung-Jin se traslada con su familia a Los Angeles, donde lleva a cabo un programa de entrenamiento preparatorio para entrar en el draft de la NBA. En 2004 fue seleccionado en la 46ª posición del draft por Portland Trail Blazers, y  sin duda sus 2,21 metros de altura y su juventud, apenas 19 años, fueron el principal argumento de su elección. También contribuyó el hecho de que por aquellos años otro gigante de origen asiático como Yao Ming se convirtiera en todo un fenómeno mediático en la NBA. Pero pronto quedo claro que cualquier parecido de Seung-Jin con Yao no iba más allá de su enorme estatura y sus ojos rasgados. Jugó solo dos temporadas con los Blazers aportando poco o nada al equipo. En 2006 fue traspasado a Milwaukee Bucks con los que no llegó a debutar al ser cortado antes del comienzo de la temporada. Después de un breve paso por los Anaheim Arsenal de la D-league volvió a su país. Finalizó su carrera en la NBA con unos promedios de 1.5 puntos; 1.5 rebotes y 0.3 tapones en 46 partidos.

Garth Joseph (Roseau, Dominica )







lunes, 17 de febrero de 2014

ALL STAR WEEKEND, LOS ORÍGENES DE LA GRAN FIESTA DEL BALONCESTO

En una liga tan competitiva y cargada de partidos como la NBA, el parón del All-Star cobra una gran importancia. Para los jugadores supone unos días de asueto y diversión dentro de la vorágine del día a día. Un balsámico alivio de la continua presión por cumplir expectativas y tener buenas actuaciones cada noche. Para los entrenadores supone un respiro en sus apretados plannings de trabajo y un tiempo extra para poder hacer balance de resultados y revisar o cambiar sistemas y jugadas de cara a la segunda mitad de la temporada. Pero probablemente, para quienes más carácter festivo tiene este evento, son los aficionados al baloncesto. Ver a la nómina completa de estrellas de la liga sobre una cancha ya merece mucho la pena, pero el All-Star es mucho más. Es ver a los recién llegados presentar sus credenciales ante el mundo. Es la tensión y el espectáculo que aseguran (salvo algún año para el olvido) los concursos de mates, triples y habilidades. Es la oportunidad de volver a ver a viejas glorias de la liga con sus kilitos de más y sus sienes plateadas. Es en definitiva, la gran fiesta del baloncesto americano. Pero esta fiesta no siempre estuvo acompañada de los fastos y pompas que hoy en día la conforman, sus orígenes fueron inciertos y estuvieron marcados por la polémica.


Foto: simhoop.com

Revulsivo para una NBA en horas bajas

 A principios de la década de los cincuenta, el baloncesto americano quedó herido de gravedad tras destaparse un gran escándalo de apuestas ilegales y amaño de partidos en la competición universitaria. La repercusión fue enorme y hubo sanciones ejemplares, llegando sus consecuencias a todos los estamentos baloncestísticos del país, lo que produjo una tremenda caída en la ya de por si escasa popularidad de la que disfrutaba por aquella época el baloncesto en la sociedad americana. Maurice Podoloff, primer comisionado de la NBA, decidió reunir de urgencia a los propietarios de las franquicias que formaban el campeonato en esos momentos para buscar una solución e intentar volver a atraer la atención de los aficionados hacia el deporte de la canasta. Fue Haskell Cohen, relaciones públicas de la NBA, quién sugirió en aquella reunión la celebración de un partido entre las estrellas de la liga divididas en dos equipos correspondientes a cada una de las dos conferencias, pero la idea no tuvo demasiado éxito entre los propietarios, sabedores del escaso seguimiento que el baloncesto tenia entre el gran público y poco dados a gastos superfluos para sufragar actividades de carácter lúdico. A excepción de uno de ellos. Walter Brown, fundador y propietario de los Celtics de Boston, se sintió atraído de inmediato por aquella idea y se ofreció a organizar y financiar de su propio bolsillo el primer partido de las estrellas.
Llega el primer All-Star
El 2 de marzo de 1951 se disputó el primer All-Star Game en el Boston Garden. Y aquella arriesgada apuesta gestada meses atrás, resultó ser un grandísimo éxito. Más de 10.000 espectadores abarrotaron las gradas del Garden para ver el encuentro y los jugadores respondieron ofreciendo un gran espectáculo sobre la cancha.

Por JF9. Puedes leer el artículo completo en: http://www.vavel.com/es/baloncesto/nba/328746-all-star-weekend-los-origenes-de-la-gran-fiesta-del-baloncesto.html

sábado, 28 de diciembre de 2013

EL TENIENTE ROBINSON, UN TALENTO MULTIDISCIPLINAR

El solo hecho de jugar en la NBA ya lleva implícito el tener unas condiciones atléticas muy por encima del ciudadano medio o poseer un gran talento para la práctica del baloncesto. En ocasiones incluso ambas cualidades se aúnan en un mismo individuo dando como resultado una gran estrella del deporte. Pero de vez en cuando, en la NBA, surgen personajes que agigantan su ya de por si colosal figura y que además de dominar una de las ligas más duras y competitivas del deporte profesional son capaces de destacar en otros ámbitos de la vida. Un ejemplo de este talento multidisciplinar fue David Robinson.



El “almirante”, apodo por el que era conocido, vivió una carrera plagada de éxitos, tanto en la NBA con el único equipo para el que jugó, San Antonio Spurs, como en competiciones internacionales con el USAB Team. Físicamente era un autentico portento. Con sus 216 centímetros de altura, poseía una agilidad y una velocidad pocas veces vista en un jugador de esa tamaño y tenía los que probablemente sean los brazos más musculados que se hayan visto jamás en la NBA. Técnicamente tenía todo lo necesario para dominar el juego como lo hizo. Era un contundente finalizador, tenía un excelente tiro de media distancia, corría el contraataque y era un defensor implacable. Ganó dos anillos de campeón (1999 y 2003), fue MVP de la temporada regular en 1995, jugador defensivo del año en 1992, rookie del año en 1990, 10 veces All-Star, elegido en cuatro ocasiones para el primer quinteto de la liga y en otras cuatro para el primer quinteto defensivo. El 17 de febrero de 1994 se convirtió en uno de los cuatro jugadores capaces de conseguir un cuádruple doble en la historia de la NBA con 34 puntos, 10 rebotes, 10 asistencias y 10 tapones frente a Detroit Pistons. Otra hazaña que pertenece al archivo de actuaciones memorables del  ex marine tuvo lugar en el último partido de la “regular season” del año 94 ante los Clippers  en el que necesitaba anotar 69 puntos para conseguir el título de máximo anotador de la temporada por el que luchaba con el entonces pívot de Orlando Magic, Shaquille O´Neal. Robinson, consiguió 71 puntos en una de las mayores exhibiciones anotadoras de todos los tiempos.
La mayoría de estas hazañas y logros deportivos, evidentemente no son fáciles de conseguir, pero entrarían dentro de los méritos lógicos que un deportista de gran nivel podría lograr a lo largo de una exitosa y dilatada carrera. Pero David Robinson hizo gala siempre de una personalidad poliédrica y de una tenacidad innata que fueron añadiendo capas de brillo a esta ya de por si reluciente carta de presentación deportiva.

domingo, 22 de septiembre de 2013

TODO PUDO SER DISTINTO

Se ha escrito mucho acerca de lo que los estadounidenses conocen como “ What if…?” Que es algo asi como “Y si…?”, en  referencia a qué hubiese ocurrido si tal equipo hubiese seleccionado a tal jugador en lugar de a tal otro en el draft que cada mes de junio tiene lugar en la ciudad de Nueva York y en el que las franquicias eligen a los mejores jugadores jovenes procedentes de las universidades americanas o de las ligas de otros paises.
Con la perspectiva que da el tiempo y teniendo el precedente de casos de los que se ha hablado tanto como el del draft del 84, es muy difícil no entrar en hipotetizar sobre qué hubiese pasado si, por ejemplo, los Portland Trail Blazers que consiguieron la 2ª elección de ese draft y seleccionaron a Sam Bowie, hubiesen elegido a Michael Jordan que fue elegido inmediatamente después por unos afortunados y eternamente agradecidos Chicago Bulls.
 También ocurre que un equipo selecciona a un jugador y acaba traspasándolo en la misma noche del draft o en días posteriores por otras elecciones o por jugadores de otros equipos en complicados canjes que a veces implican a varias franquicias y jugadores. Un caso paradigmático de estas operaciones es el de Kobe Bryant; elegido en 1996 por los Charlotte Hornets en el puesto 13º y traspasado a los Lakers a cambio de Vlade Divac. Es inevitable pensar … ¿y si Kobe nunca hubiese sido traspasado? ¿Sería la leyenda que es hoy en dia de haber desarrollado su carrera en Charlotte…?.
Ha habido muchas operaciones a lo largo de la historia con mayor o menor suerte tanto para equipos como para jugadores  pero quiero enumerar en este articulo 3 casos de los que no se conocen demasiados detalles y  que cambiaron por completo la historia de las franquicias implicadas.
Se trata de 3 miembros por derecho y meritos del Hall of Fame que de no haber mediado traspasos con elecciones del draft como partes del trato, bien podrían haber construido sus respectivas leyendas defendiendo unos colores muy distintos a los que han quedado ligados de por vida.



Dominique Wilkins: “The human highlight film” apodo por el que era conocido nuestro primer protagonista, es sin lugar a dudas una autentica leyenda de la NBA y uno de los anotadores mas prolíficos de la historia de la competición con un promedio de carrera de 24,8 puntos por partido. En los años 80 fué un autentico ícono de la competición y uno de los favoritos de los aficionados por su espectacularidad y potencia física. Habitual del all-star y de las primeras posiciones en las listas de máximos anotadores, ganó dos concursos de mates, en el 85 y 90 y fue máximo anotador de la liga en el 86.
Wilkins quedará ligado para siempre a la camiseta con el número 21 de los Atlanta Hawks, pero fueron los Utah Jazz los que lo seleccionaron en el draft de 1982 en la 3ª posición procedente de la universidad de Georgia. Los problemas económicos por los que atravesaban los Jazz en aquella época provocó el traspaso de Wilkins a los Hawks a cambio de John Drew, Freeman Williams y una cantidad de dinero. La operación resultó desastrosa para los Jazz; Drew ingresó en un centro de rehabilitación para jugadores con problemas de drogas y Freeman fue cortado apenas dos meses después de comenzar la temporada.
La idílica relación de “Nique” con los Atlanta Hawks es de sobra conocida, a pesar de que nunca ganó un anillo de campeón ni disputara unas finales, Dominique Wilkins es su jugador mas representativo y líder histórico de la franquicia en puntos anotados, partidos jugados y minutos disputados.

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sábado, 10 de agosto de 2013

EL TALENTO QUE VENDRÁ...DEL NORTE

El frio Canadá siempre ha sido un país muy deportivo, con equipos punteros a nivel internacional en disciplinas tan poco populares para el gran público como el curling, el patinaje de velocidad, patinaje artístico, bobsleigh, de hecho suelen copar los puestos altos en los medalleros de los juegos de invierno de forma casi sistemática. También poseen unos potentes equipos de hockey hielo tanto a nivel internacional como en las franquicias de las principales ciudades del país autenticas dominadoras de la NHL y recurrentes ganadoras de la Stanley Cup. 
Con lo que nadie relacionaría Canadá es con una potencia baloncestística, más allá de que rebuscando en las hemerotecas aparezca una medalla de plata del equipo nacional de baloncesto en las Olimpiadas de 1936 en Berlín, y como logros más recientes, y de esto hace ya más de una década, alguna medalla en el campeonato de las Américas. 
A nivel individual tampoco ha habido grandes nombres que le dieran lustre a su selección o que tuvieran la consideración de grandes estrellas del baloncesto a nivel mundial, con la salvedad en los últimos años de Steve Nash, que incluso ostenta dos MVPS de la NBA, pero que ha sido muy intermitente en sus apariciones con la selección nacional, y porque no decirlo; "poco podía hacer tan mal rodeado". Otros como Rick Fox aportaron mas a nivel mediático que deportivo, y nombres como Bill Wennington, Joel Anthony o Todd MacCulloch son o han sido jugadores de rotación en sus respectivos equipos. 
Esto tiene visos de cambiar de forma radical en los próximos años, se atisba en el horizonte un desembarco de talento llegado del norte que puede cambiar por completo el panorama en el país del sirope de arce. La mayoría de aficionados han oído hablar ya de Andrew Wiggins: autentico regalo de los dioses del baloncesto, como lo definió ESPN, que acaba de enrolarse en las filas de la universidad de Kansas y que será el indiscutible número 1 del draft de 2014. Se comenta que es el fenómeno baloncestístico más importante ocurrido desde que hace 10 años llegara a la liga directo del instituto Lebron James. El chico desde luego de genética anda sobrado, su padre fue jugador profesional de baloncesto y su madre gano medallas como atleta para Canadá en las olimpiadas de los Angeles 84, y lo más importante tiene un talento descomunal para la práctica del baloncesto. 
                                                              




Pero hay mas.... 

LA INVOLUCIÓN DE LA ESPECIE

Se busca center  por encima de 7 pies (2,13 m), fuerte, razonablemente ágil, con ciertos fundamentos, que sepa postear, que tapone un par de tiros por noche  y con un tiro de media distancia decente…razón NBA.” 
Este anuncio podríamos encontrarlo dentro de poco en cualquier sección de clasificados de los periódicos mas importantes de Estados Unidos, a no ser que en algún high school del país esté brotando ese center que reúna todas esas cualidades  y llegue vía draft en próximos años.
 Hablando en términos puramente antropológicos, es evidente que el ser humano cada vez es mas alto, mas fuerte, más veloz… Es algo que puede verse con facilidad en cualquier casa de vecino, los hijos salvo excepción suelen ser mas altos que sus padres, y los nietos superan en estatura a padres y abuelos. En el deporte de la canasta se puede ver también esta evolución física, cualquier aficionado recordará aquellos primeros hombres altos como George Mikan que con 2,08 m prácticamente no miraba a nadie por encima de él en la liga, o el mítico Bill Russel que con 2,07 m dominó la liga en las alturas durante décadas o Wilt Chamberlain que con 2,16 m era considerado como un fenómeno de la naturaleza y que ante la escasez de jugadores de ese tamaño en aquellos primeros años  de vida de la NBA ejerció un dominio tal sobre sus rivales que la liga se vio obligada a cambiar algunas reglas del juego.
                                                           



La propia evolución nos lleva años y decadas después a los Kareem Abdul Jabbar , Hakeem Olajuwon, Patrick Ewing, David Robinson, Shaquille O`neal… atletas físicamente muy evolucionados, todos en torno a los 7 pies y con unas condiciones en cuanto a coordinación, fuerza , velocidad,  fundamentos y conocimiento del juego nunca vistos hasta entonces en jugadores de ese tamaño.


¿Por qué entonces, cuando esa evolución nos debería llevar hacia el center total mas alto y fuerte que nadie y con movimientos  de bailarín de salón, cuesta tanto encontrar talento por encima de los 7 pies?  (Mención aparte finos estilistas como Gasol o Nowitzki que aunque alcanzan esa estatura no entrarían dentro de la denominación de pívots dominantes)  y es que Dwight Howard si tuviese algo de tiro exterior y algún movimiento en el poste probablemente seria un 4, muy poderoso, pero un 4, y  los Brook López, Greg Monroe, Andrew Bynum o Roy Hibbert de hoy aunque aprovechables si se les rodea de buenos jugadores, no parecen capaces de alcanzar cotas tan altas en lo personal  ni un dominio de sus puestos como lo hicieron los nombres antes citados.  

Por JF9.